Con la punta del dedo I

Escultura inspirada en un eclipse solar.

El primer gesto claro que nos indica que un niño ha entrado en el lenguaje es el señalamiento con el dedo. El niño, el bebé, no sabe lo que ve, pero lo señala, como la astrónoma que al no saber lo que ve, lo dibuja. Ese es el prolegómeno del balbuceo.