Guiño

Si cerramos un ojo podemos ver la punta de nuestra nariz; si subimos los ojos vemos que hay un arriba, si los bajamos vemos que hay un abajo; si volvemos la cabeza en una dirección y luego en la otra, ni siquiera llegamos a ver completamente todo lo que hay a nuestro alrededor; hay que hacer girar el cuerpo para ver absolutamente lo que había detrás.